25/10/08

Esperanza

Quería reinaugurar una de mis tantas idas y vueltas de este lugar con algo para ella.
Antes que naciera Suyay, yo dije que no encontraba las palabras…que @rrobit@ eran sólo ganas: “muchas ganas de dar amor incondicional”, eso dije.
Y ahora que nació… sigo sin palabras. Siento una felicidad inconmensurable por la llegada de este pequeño pedazo de amor, y decir sólo “siento una felicidad inconmensurable por la llegada de un pequeño pedazo de amor”, me suena a poco, me suena a obligación, y se contradice con mi propia definición de incondicional si estoy condicionada-a escribir…

No puedo escribirle. Porque del corazón, por los brazos hasta las manos, las ganas marcharon para abrazar, y no para escribir; y a los ojos marcharon para llorar y no para leer.
La felicidad se me hizo llanto, nervios, miedo, abrazo y caricia… pero no palabra.

Aún ahora - a riesgo de parecer la madrina más bruja maruja- sigo sin hablarte, Suyay. Aún ahora que ya dejaste de ser arroba; que dejaste de ser baile en la panza, para ser tibieza en el pecho; y dejaste de tener cara de ombligo, para tener cachetes grandes, ojos bizcos y dedos largos. Porque, amada mía, aún no nos conocemos lo suficiente, y no quiero decir algo de vos que no sos. Porque aún no tengo las palabras en las manos y no quiero que seas, ni siquiera en el papel, un producto de mi falta.

Por eso prefiero hablarte a vos, Ana, que te conozco un poquito más, y cada vez más. Por ejemplo ahora… que te conozco mamá.
Cada vez que te veo, cada vez que hablamos así, de amiga a mamá, me chapotea una admiración genuina…eso, una admiración genuina, y una ternura profunda.
Yo pensaba que iba a ser por la palabra “madraza” que desde que te conozco tuviste estampada en la frente y en las tetas...pero no, por el contrario: es porque te tiembla la voz del cagazo, porque llorás, porque no sabés, porque tenés que buscar en otro lado, porque las cosas no están donde se suponía que tenían que estar…y porque te peleás con eso que tenías escrito en la frente… porque como ves, mamucha, no hay inscripción garantizada…las palabras, por más tatuadas que estén, siempre redefinen significados en la marcha y en la lucha que reavivan (ya lo dijo Goloshinov, no?), porque recién ahora, que estás peleando con y por ella, la “madraza” está viva…de a de veras. La admiración, la ternura es porque en eso estás, creándola vos, la tuya, distinta a la del tatuaje, nadando en el miedo y a las trompadas con ese resto que te queda de Soledad, Ana.

Y porque aunque andes a las trompadas, Ana (si, acá también, ciudadana), no hay knock-out que te pueda quitar la lucidez… toda la lucidez que tuviste y que tenés para ver esa columna de hombre que tenés al lado, que vale lo que haya que pagar, vértebra por vértebra, todas para vos y para la hija de los dos. Para disfrutar, entre tanta cachetada y tanto miedo, el apoyarte con confianza, el dejarte crecer (dije dejarte crecer, no dejarte caer) abajo del techo que él sostiene. Porque ese es su lugar, su placer y su increíble y adorable capacidad: la de sostener con un brazo (con un dedo, si es necesario) y abrazar con el otro… con uno sólo de esos brazos gigantes, coloridos, cálidos, protectores… las abraza a las dos. Las y nos… nos abraza a todos, porque si hay algo que tiene Lucas, es el abrazo fácil.
Y yo quiero eso… que Suyay herede el abrazo fácil, fuerte y sincero de Lucas. Que herede su serenidad. La sensibilidad que tiene para los amigos, para la música, para las historias…y sus guitarras (todas). De vos, quiero que tenga tu pelo largo, interminable, inagotable. Tu humor rápido, que arranca carcajadas antes de entender por qué nos estamos riendo, la inteligencia, tu … y tu “solidaridad” …qué palabra de mierda que me cae mal, sí ya se… pero no encuentro otra que describa tus ganas, tus cuidados, tu preocupación por todos tus otros, por todos nosotros, los que tenemos el suertudo placer de estar al lado tuyo.

Y de los dos que herede el amor. De todos, el amor.

Ah!...si me permiten…de mí quisiera que tenga los jajaja´s: la risa fácil, desatada, generosa, contagiosa…me dejan?

…ves?...cómo le voy a escribir a ella? si Suyay sólo se me puede aparecer como una gran bolsa de deseos, y no quiero cargárselos a ella,tan chiquita...

Un deseo más (dije deseo, no consejo) que me nace del miedo de esta hija que soy, porque lamentablemente es lo único que desde la experiencia te puedo ofrecer: que la ames, que lo que necesita de vos en carne viva es amor. Que nunca la subestimes, ni siquiera ahora: esos 53 centímetros no están hechos sólo de necesidad de teta. Siempre va a seguir necesitándote, teta o no. Lo que va a necesitar toda su vida es esa mirada… esa que se te escapa cuando la ves en tu pecho…esa sonrisa que no sé de dónde te sale Ana, pero que las ilumina…esa sonrisa que hace que el resto del mundo que las mira se sienta de más, se sienta irreal y ajeno.
Creo que el día que ambas sientan que esa mirada se hace de libertad y no de necesidad, vas a haber hecho el mejor trabajo del mundo.

Eso…nada más… mis deseos, mi amistad, mi amor, mi esperanza.