Siento la invitación en la espalda. Adelante y arriba, con firmeza: “Vení.”
Me enderezo y me apoyo toda en la punta de un pie. Me inclino hacia adelante mientras él se aleja.
La fuerza en los brazos que sospecho no va a alcanzar, y esta presión en
el pecho
más allá, el abismo
no:
el pecho
de mi compañero
exhalo.
y si la vida,
como el tango,
como el tango,
2 ¿Qué ves cuando leés?:
Taconéele a la vida nomás! Con esa firmeza, con esos ochos, con todas esas manos apoyadas en su espalda.
Ber: todas las manos todas? no será mucho? jajajajajajaj
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