27/8/07

Si no supiera que es un acto irrevocable


Te mataría si pudiera, fríamente.
Te mataría sin sufrir
y sin testigos.
Si no supiera que es un acto irrevocable. . .
Te mataría sin piedad.

Te mataría con las manos que te toco.
Con el placer de decidir
por tu partida,
y si pudieras perdonar. . .
Te mataría de una vez.

Sobre la cama
que te besa.
Dentro de un cuarto humedecido.
Por ese cuerpo tan deseado y conocido
en una noche sin final.

Por lo que falta
que resalta tu existencia.
Por esa ausencia
que persiste aunque vos vivas.
Porque es mejor que convivir con ironía. . .

Te mataría sin llamarlo asesinarte.
Con una muerte artesanal
y apasionada.
Sobre mi cuerpo quedarían esas marcas. . .
Que ni la muerte de verdad
me borrarían.

Te mataría sin dudar.
Te mataría.


- CARMEN BALIERO -




26/8/07

Carteles IV

“SE NECESITA EMPLEADA
CON EXPERIENCIA EN MOSTRADOR”

Acababan de poner la heladería en la esquina del depto. de Rivadavia y Muñíz.
Fantaseaba llevar mi CV, que no tiene una sola línea de atención al público ni similares, y al dárselo al encargado, que pondría cara de “nena, sos tonta?” . . .

- . . . el aviso dice que buscamos “con-experiencia-en-mostrador”. . .
- si. . . pero-no-dice-de-qué-lado . . . ¿sabés cómo te pido un cucurucho de Mouse de dulce de leche y coco?! son años, papito!!!!

Guitarra,
a los 17 bandera
a los 40 baulera.

Creer o reventar

Una reniega contra las creencias populares porque con su función de tradición colaboran con la aceptación pasiva de los hechos, justificándolos coartan las posibilidades de cambio - sea éste revolucionario o no.
Es una fuerza que atrasa.
Una reniega pero, pienso ahora ¿no? en última instancia es un elemento equilibrante, y en ese sentido, necesario. Pues no podríamos vivir en sociedad si no hubiese ese tipo de fuerzas que retraigan el acto espontáneo, irreflexivo que nos brota como pulsión de justicia.
¿Todo esto a qué viene? A que si cuando sentí la gota caliente en el cuero cabelludo no me hubiese asaltado la creencia tan popular de que una paloma te cague en la cabeza es buena suerte, incendiaba la Plaza de Mayo y la puta madre que la parió.

23/8/07

A+

- Sos un violín, te felicito- dijo la doc, casi más contenta que yo, porque, decía, no es habitual dar buenas noticias. Entonces suspendemos la medicación.
- ¿Y ahora puedo dar sangre? - es lo único que pregunté.


Es que nunca había sentido enfermedad hasta que me dijeron que no.
El diagnóstico no me había cambiado la vida, a lo sumo me había dado conciencia científica, ya no sólo estética, del daño.

No es falso altruismo. El receptor podría ser anecdótico, quién y porqué necesitaba la sangre. Pero a veces uno tiene deudas que espera tener oportunidad de pagar. Ana había pedido sangre para Tito, un tipo que la llama a su hija al trabajo y le dice: “me traés un Kinder?” Para ese hombre, que me desparramó el tango en la cara, para el viejo de esa amiga de cuya paciencia, amor, y cuidados abuso hasta el cansancio. Para ellos me había levantado y arrastrado conmigo hasta la clínica a mi sangre limpita del ayuno.

Cuando una enfermera te sonríe y te habla como-si-fueras-una-persona, ahí te das cuenta que las cosas no están bien.
Debe haber sido mi cara de espanto ante la revelación de lo que antes no había digerido: “no nena, porque estás enferma”.
Debe haber sido mi cara, mi vergüenza, mis ganas de llorar, que pude verme la cara de dolor en el espejo que fue su cara de lástima.

Siempre proceso tarde las cosas. No es grave ni la anécdota ni la enfermedad, ni mucho menos. . . Pero a mi me duelen los cortes y esa fue la primera vez que sentí que algo no podía por estar “enferma”, y me sentí tajeada por completo. Este cuerpo que tanto me cuesta me entró en la cabeza a lo bestia, a los hachazos, y por fin se me hizo lágrima.

Y me vino el amor. Ahora que sabía que no podía me imaginaba enfermedades y transplantes y operaciones y sangre sangre mucha sangre tan inútil, tan boba ella, tan dulce, tan roja, tan roja. Empezaron a aparecer más seres y más queridos, más amigos y familia y hermanos. Ahí sí, me sentí la sangre tan inútil. Quise vaciarme, desaparecer, exprimirme, irme chorreando despacito por la vereda. . .


- Si, ahora podés- dijo la doc.

17/8/07

Los olores de la patria

Un tipo comprando longaniza estudiaba consistencia, peso, rigidez. Lo elige de entre todos los otros. Lo agarra y lo sopesa, lo ahueca con el índice, y lo deja.
Agarra otro al que manosea sin tanto empeño, y lo descarta rapidito. Pero en ese mismo gesto agarra uno nuevo, este parece interesarle mucho: mismo trabajo, pero más lentamente, con los ojos entrecerrados: sopesa. . . ahueca. . . manosea. . . y a este. . . a este lo huele. . .
Me puse colorada, salí apurada de la góndola de los fiambres.

Los colores de la patria

Vengo de Retiro. Lo digo y me suena a quintita de rehabilitación primero...pero no tenemos tanta confianza como pa´andar contando esas cosas aún.

Vengo de Retiro, y me suena a Villa después. Pero tampoco.
Miré para el otro Retiro. Todo por ahí atrás de la Plaza San Martín, que hoy estaba de fiesta por el día del prócer de moda. Nunca antes un granadero había sido tan top.

Y como quien no quiere la cosa, me detuve en el estampado urbano de la zona.

Compruebo: Negro y Dorado.
Letras de metal dorado sobre paredes de mármol negro; vidrios espejados negros, letras doradas; marcos dorados, -tanto brillo- vidrios negros, letras negras, puertas doradas- un cementerio- columnas negras, luces doradas, negro, negro aquí, dorado, dorado allá.

Solemne, lúgubre casi, pero finísimo, eso si.

Si son tan amables y me siguen por aquí, desembocamos en uno de esos parquecitos que “. . . cuidan Fundación Fortabat y usted” {digresión: Carteles III: Todos la imaginamos a Amalita con un delantal sobre su Trajecito Chanel, con guantes, palita y rastrillito en mano, arrodillada culito arriba, colocando un plantín de ligustrina, no?} pues. . . las rejas de estos parques son negras. Y, como para reafirmar dos cosas: 1) mi teoría y 2) que la patria es macho, arriba les ponen unas buenas bolas . . . doradas.

Yo venía en el 106, que es verde y blanco, y que estaba repleto de gorros blancos, tapados marrones, botas grises, camperas azules, bolsos naranjas y mis anteojos rojos. Mirando para abajo pensé que los taxis le hacían más juego a esa zona. Revelación.

En la mano traía el pasaje que acababa de sacar, a mi casa que q5ueda en Ramallo, uno de tantos huequitos fértiles de la provincia de Bs.As. Entonces también pensé que los Alvear, los Pacheco, los Azcuénaga, fueron muy ingratos. Que debieron haber elegido el verde del campo que les compró su mármol y su oro.

12/8/07

Carteles II



“DISPONIBLE
4555-5555”


El viaje a la casa de la abuela- Ruta 9, Ramallo-Rosario – no se medía en kilómetros, sino en carteles. Y cada tantos ofreciendo semillas, agroquímicos o cosechadoras, aparecía uno de estos.
Entonces – 6-8 años- creía que era como una especie de clasificado, que si llamabas a ese número había gente que estaba desocupada y hacía de todo, porque no decía disponible para qué.
Ya más grandecita, asocié. . . disponible para qué va a ser!? Y entendí que era una agrupación de solos y solas.
Ja! Qué ingenua… hoy cuando los leo, se perfectamente ahí atrás hay una red de prostitución.

Carteles I

“REVELE AQUI SUS ROLLOS
POR $9,90”


Juro que uno de estos días lo hago. Entro al local que está por Acoyte, agarrándome la remera con ambos brazos cruzados, y amagando a sacármela, le digo al vendedor:
- Ok, yo te los muestro . . . pero vos primero dame la plata.

9/8/07

Por qué

No sé. Sucumbí ante la necesidad de decir. Decir que miro medio torcido, y jugar a ver si las palabras me salen también así chanfleadas.
Creo que lo hago ahora, en este rato que tengo porque estoy desganada, por eso no me pongo a leer, que es una actividad que implica el doble de esfuerzo que escribir.
Todo aquí es desde esa premisa. Considérese entonces advertido: yo estoy laburando la mitad de lo que ud. en este instante.
Si aún así tiene ganas de gastarse la noble tarea de leer en estas plebeyas líneas, por lo menos quería retribuir con sinceridad.