Un tipo comprando longaniza estudiaba consistencia, peso, rigidez. Lo elige de entre todos los otros. Lo agarra y lo sopesa, lo ahueca con el índice, y lo deja.
Agarra otro al que manosea sin tanto empeño, y lo descarta rapidito. Pero en ese mismo gesto agarra uno nuevo, este parece interesarle mucho: mismo trabajo, pero más lentamente, con los ojos entrecerrados: sopesa. . . ahueca. . . manosea. . . y a este. . . a este lo huele. . .
Me puse colorada, salí apurada de la góndola de los fiambres.
Agarra otro al que manosea sin tanto empeño, y lo descarta rapidito. Pero en ese mismo gesto agarra uno nuevo, este parece interesarle mucho: mismo trabajo, pero más lentamente, con los ojos entrecerrados: sopesa. . . ahueca. . . manosea. . . y a este. . . a este lo huele. . .
Me puse colorada, salí apurada de la góndola de los fiambres.
6 ¿Qué ves cuando leés?:
Chancho puerco inmundo!
maguísima, encuentro una fijación fálica en tus posts.....cosa que no me sorprende para nada!!!
jajaja... coincido con Lale, besitos!
y qué andabas haciendo vos en esas góndolas??? mmm... pishina, pishina...
se comenta que el costillar no fue tan bueno como las salchichitas parrilleras...
Ana: Puaj!
Alejandra: No tengo idea de qué me estás hablando.
Srta. Ramita: Haría un comentario un tanto chabacano respecto del tronco- dado su nick- pero estaría haciéndole caso a Ud. y a Lale, con lo cual, me lo reservo... hasta nuevo aviso...
Te quiero.
Vidu: Mirá... no creo tener que dar explicaciones respecto de mis actividades dentro del supermercado.
Costillar? Lo qué? Qué es eso?
Publicar un comentario