17/8/07

Los olores de la patria

Un tipo comprando longaniza estudiaba consistencia, peso, rigidez. Lo elige de entre todos los otros. Lo agarra y lo sopesa, lo ahueca con el índice, y lo deja.
Agarra otro al que manosea sin tanto empeño, y lo descarta rapidito. Pero en ese mismo gesto agarra uno nuevo, este parece interesarle mucho: mismo trabajo, pero más lentamente, con los ojos entrecerrados: sopesa. . . ahueca. . . manosea. . . y a este. . . a este lo huele. . .
Me puse colorada, salí apurada de la góndola de los fiambres.

6 ¿Qué ves cuando leés?:

Ana dijo...

Chancho puerco inmundo!

Ana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lale dijo...

maguísima, encuentro una fijación fálica en tus posts.....cosa que no me sorprende para nada!!!

Anónimo dijo...

jajaja... coincido con Lale, besitos!

Anónimo dijo...

y qué andabas haciendo vos en esas góndolas??? mmm... pishina, pishina...

se comenta que el costillar no fue tan bueno como las salchichitas parrilleras...

Anónimo dijo...

Ana: Puaj!

Alejandra: No tengo idea de qué me estás hablando.

Srta. Ramita: Haría un comentario un tanto chabacano respecto del tronco- dado su nick- pero estaría haciéndole caso a Ud. y a Lale, con lo cual, me lo reservo... hasta nuevo aviso...

Te quiero.

Vidu: Mirá... no creo tener que dar explicaciones respecto de mis actividades dentro del supermercado.

Costillar? Lo qué? Qué es eso?