11/5/08

Lo que ves acá es la foto de dos manos.
Las manos son de unos tonos apenitas más oscuros de amarillo, naranja, u ocre sobre el fondo casi igual. No es tan fácil distinguirlas: el tono de la foto es casi monocromo, la luz no ayuda.
A esta foto no se le pasa de largo como a un titular de deportes, no se ve nítido el patrón de figura-fondo como quien ve un cartel de oferta barata en amarillo sobre rojo. No: acá no se ve nada si no se frena a buscar cierto detalle, y ahí se queda uno, buscando algo...

De ambas sólo vemos las palmas.
Una palma está de frente, en forma vertical, recta, con los dedos pegados entre si, muy juntos.
Y la otra mano está cruzada horizontalmente delante de la primera, a la altura del comienzo de la palma vertical, justo arriba de la muñeca.
Entre ellas sólo hacen contacto por el dedo meñique de la horizontal, que está apoyado sobre la palma vertical, casi en el centro.
A partir de ahí, del meñique pegado, la mano horizontal se torsiona… se despliega de tal forma que el resto de los dedos parecen las paletas de un abanico. Y así desparramados sobre el espacio, pareciera que están mostrando, o señalando un espacio virtual, o invitando a mirarlo.


Podría ser alguna figura de sombras chinas. Pero nosotros vemos las manos del lado de la luz y no podemos adivinar el asombroso reverso significante que develaría el lado de la oscuridad.

Podría ser también el punto culmine de un acto de magia. Entre esas manos pudo haber habido una paloma que salió volando en el segundo inmediatamente anterior a este que vemos, y que la cámara no logró captar.
Las manos de la foto se quedan ahí quietas, pero también podrían, por ejemplo, cerrarse y abrirse en esa posición, y estarían latiendo como un corazón.

Claro, en vez de paloma pudieron haber albergado un corazón. Como cuando pedís algo con el corazón entre las manos.

O como cuando venís a ofrecer tu corazón. Lo traés ahí en ese espacio ocre en que se juntan tus palmas surcadas por la línea de la vida.


2 ¿Qué ves cuando leés?:

Ana dijo...

o como cuando haces algo con amor.
En esas acciones tus manos se cargan de vos, de tu corazón, de tus deseos, de tu historia y de lo que proponés para el futuro.
Y ahí esas manos dicen pará, agarremos por acá que está mas bueno el camino.

Y dale nomás que te seguimos.

Maguitxu dijo...

Ana+ eshaSi claro! agito la manito por encima del hombro como errándole a un rascado de oreja de perro y grito: síganme los buenos!. Acto seguido me choco una columna.
Jajajajaja! te queda una de esas remeritas rojas de corazón amarillo???!!!! jajajajajajajajaj